domingo, 21 de abril de 2013

La palabra más sabia

Gente de los pueblos periféricos venía a verle incesablemente. Todos los habitantes de las ciudades vecinas habían oído hablar de él. Decían que nunca había salido de su boca palabra necia.
Lanzaban al aire sus preguntas, desesperados, y el hombre solo podía escuchar unas cuantas. Sin embargo, antes de que pudiera responder, otra pregunta ya estaba invadiendo sus oídos. Finalmente optó por esperar. Escuchaba todas las preguntas, pero no respondía ninguna. Así fueron pasando las horas, y la gente, cansada de no obtener respuesta a sus preguntas, fue abandonando la enorme sala donde estaban.
Cuando apenas quedaban unas pocas personas, alguien hizo una pregunta que dejó en silencio toda la sala. Una pregunta que parecía haber dejado sin respuesta al mismo sabio. Se quedaron mirando entre ellos. Los que estaban presentes también observaban, en silencio. Miraban a uno y otro alternativamente. Todos reflexionaban, pero nadie hablaba.
- ¿No lo sabes?- repitió aquel hombre- Todos te llaman sabio, te halagan. Inmerecidamente, creo yo. ¿Qué te hace diferente a los demás?
El sabio bajó la mirada unos segundos. Cuando encontró la respuesta, capaz de convencer al mayor de los escépticos, la dio a conocer. De todas las razones por las que se había ganado su fama, aquella era la mejor. Abrió la boca y dijo: "                                       ". Todos lo entendieron.


¿Te ha gustado? ¡Suscríbete!

domingo, 14 de abril de 2013

Así pasa el tiempo

Mira, asiente, pero no comprende. Los ojos se le redondean y convierten la cara de aquel animal salvaje en la de un cachorrillo que despierta cierta ternura. Pestañea de vez en cuando, pero sus ojos no miran nada en concreto. Las palabras de alguien que se mueve frente a él apenas son percibidas. Alguna le sorprende, otra le asusta, pero en general las ignora todas.
Apoya los brazos encima de la mesa y descansa la cabeza sobre ellos. Espera, pero el tiempo parece no transcurrir. Sin él ser consciente cierra los ojos y comienza a desaparecer todo lo que tiene alrededor. Así pasa el tiempo, y pasa sin pasar nada más.
Poco después se sorprende a sí mismo en aquella postura poco adecuada. Se yergue y vuelve a mirar al frente. Mira, pero no atiende. Luego pasea la mirada mientras piensa en sus cosas. No hace nada, solo espera, pero el tiempo parece no transcurrir.


¿Te ha gustado? ¡Suscríbete!

sábado, 6 de abril de 2013

Poema 01 - Aunque

Aunque un día nos separase el tiempo
y la distancia nos fuese infinita,
aunque se dividiesen nuestras vidas
y te olvidasen todos mis recuerdos.

Aunque llegase el día, el momento,
ese en que el corazón por siempre olvida,
aunque dejases de ser mi alegría
y jamás volviera a tenerte dentro.

Aunque llegáramos a estar muy lejos
y deje de ser quien tú conocías,
aunque no fuese como prometía
y ni siquiera te echase de menos.

Aunque no existiese lo que existía
y comenzases a sentir que mueres,
siempre serás lo que has sido, lo que eres.
Siempre, por siempre. Serás poesía.


¿Te ha gustado? ¡Suscríbete!

lunes, 1 de abril de 2013

Como todos los días

- 3, 2, 1... ¡ya!
Abrió la puerta. La habitación estaba llena de globos de diversos colores, y el suelo cubierto de regalos enormes envueltos en papel brillante.
Como todos los días, el niño corrió hacia el que le pareció más grande. Empezó a desenvolverlo, pero antes de terminar ya había empezado a abrir otro. Sin saber siquiera cuál era el regalo, pasó a abrir otro distinto. Y así, en menos de cinco minutos, todos los regalos estaban abiertos, y los papeles que los habían envuelto estaban arrugados y amontonados en una esquina.
Luego se acordó y empezó a jugar con los globos. Estaba lleno de euforia, y corría de un lado a otro de la habitación. Sin embargo, cuando estaba abrazando un globo de color violeta, se asustó enormemente.
El estallido le despertó. Rápidamente se levantó y corrió hacia la habitación de sus padres.
- ¡Vamos, vamos! ¡ Despertaos ya!- decía entusiasmado.
- Pero hijo mío...- respondió su madre- ¿otra vez?
Bajaron corriendo las escaleras y el niño abrió la puerta del salón, sin esperar la cuenta atrás de su padre. Ahí estaban los regalos, como todos los días. Comenzó a desenvolverlos, lleno de ilusión. Luego se acordó y empezó a jugar con los globos. Abrazó con fuerza uno color violeta. Lo apretó tan fuerte como pudo y, cuando estalló, comenzó a reír lleno de ilusión. Por fin había llegado el día esperado. Ya no iba a despertar.


¿Te ha gustado? ¡Suscríbete!