jueves, 24 de julio de 2014

El escritor de cuentos

Escribe para ti. Quiere que le leas, que le escuches. Tiene muchas cosas que contarte, pero muy poco tiempo. Historias, descripciones, sentimientos, miedos, alegrías. Inventa un personaje para contarlo todo, pero, de alguna forma, ese personaje ya existía.
Ha llenado todo su escritorio con Post-its llenos de ideas. Muchas de esas ideas se acabarán descartando, otras, incluso, ni se leerán. Pero a él no le importa, a él le vale con que un solo cuento, una historia, un personaje... una sola idea te guste, te llegue, te identifique. Sabe perfectamente que es imposible gustar a todos. No quiere gustar a todos, te quiere gustar a ti. Para que tú, leyendo, te transportes, te olvides... vivas.
Se suele desesperar frente a papeles en blanco, pero acaba garabateando alguna idea, normalmente inservible.
Le gusta usar siempre el mismo boli. Le fascina ver como cada día tiene menos tinta. Es de las pocas personas que sabe que el boli BIC puede llegar a acabarse. "Acabar un boli BIC significa ser mejor escritor", dice.
Sigue buscando un tema, una imagen que alguien quiera leer. Mientras busca, escribe, esperando pacientemente que la inspiración le llegue con un folio en frente.


¿Te ha gustado? ¡Suscríbete!

sábado, 5 de julio de 2014

Un extraño muy conocido

- Creo que no debería estar hablando contigo.

- ¿Por qué? ¿Tienes miedo?

- No... no lo sé. Hace unos minutos ni siquiera creía que existieras.

- ¿No? ¿Acaso no has estado trabajando para mí todo este tiempo?

- ¡¿Qué?! ¿Para ti? ¿A qué te refieres?

- Me has estado ayudando... lo has hecho muy bien. Has ido cumpliendo cada uno de mis deseos. Mira ahí abajo: los hombres se odian, están todos desesperados, no confían en nadie, su economía no les da para agua, el Imperio que una vez fueron ha quedado reducido a... eso. La Nueva España- rió- ¿Es esto lo que les prometiste?

- No... yo pensé que...

- No te excuses, sabías perfectamente qué iba a ocurrir. Perseguiste a los que tenías que perseguir, legalizaste el odio, el asesinato, hasta convertirlo en algo normal. ¡Te admiro! Te invito... no, te suplico que vengas conmigo. Aquí necesitamos gente como tú.


¿Te ha gustado? ¡Suscríbete!