- ¿Por qué? ¿Tienes miedo?
- No... no lo sé. Hace unos minutos ni siquiera creía que existieras.
- ¿No? ¿Acaso no has estado trabajando para mí todo este tiempo?
- ¡¿Qué?! ¿Para ti? ¿A qué te refieres?
- Me has estado ayudando... lo has hecho muy bien. Has ido cumpliendo cada uno de mis deseos. Mira ahí abajo: los hombres se odian, están todos desesperados, no confían en nadie, su economía no les da para agua, el Imperio que una vez fueron ha quedado reducido a... eso. La Nueva España- rió- ¿Es esto lo que les prometiste?
- No... yo pensé que...
- No te excuses, sabías perfectamente qué iba a ocurrir. Perseguiste a los que tenías que perseguir, legalizaste el odio, el asesinato, hasta convertirlo en algo normal. ¡Te admiro! Te invito... no, te suplico que vengas conmigo. Aquí necesitamos gente como tú.
¿Te ha gustado? ¡Suscríbete!
No hay comentarios:
Publicar un comentario